Como todo el mundo sabe, hoy se ha cumplido el 10 aniversario de la mayor masacre terrorista de la historia, y por aquél entonces todavía no estábamos en este mundillo de la Bolsa, por lo que hemos querido hacer memoria y analizar cómo se comportaron los mercados en aquel fatídico día y los que vinieron detrás, porque los atentados trajeron mucha cola.
Antes de retroceder en la gráfica del Dow Jones, pensé que me iba a encontrar con una caída espectacular y prolongada en el tiempo, que se habrían perdido niveles que se tardaría años en recuperarse, pero mi sorpresa fue mayúscula:
El 10 de septiembre de 2001, el Dow Jones se encontraba en los 9.600 puntos, y el mercado ya se encontraba en fase claramente bajista, pues a mediados de mayo de aquel año el índice se encontraba en la zona de los 11.350, y perdió el importante soporte que presentaba en la zona de los 10.118 el 29 de agosto del mismo año.
Por tanto, el índice había perdido un 15,41% en menos de cuatro meses. Este dato parece relevante para todos aquellos que opinan que se trató de una conspiración.
Dejando polémicas a un lado, la cuestión es que tras el atentado, la Bolsa americana no volvió a abrir sesión hasta el 17 de septiembre, tras el mayor parón bursátil desde la Gran Depresión. En este día, el Dow Jones cayó hasta los 8.923 puntos, con un volumen de negociación que doblaba la media de las anteriores sesiones, indicativo del pánico que reinaba en aquellos momentos.
Este desmesurado volumen se mantuvo durante las siguientes cinco jornadas, siendo especialmente destacado el del 21 de septiembre, 10 días después de los atentados, momento en el que el mercado hizo suelo en los 8.067 puntos. Desde aquí hubo una meteórica recuperación, que permitió al índice recuperar los niveles previos al 11-S a finales de octubre del mismo año, es decir, en apenas mes y medio desde los atentados, los mercados recuperaron los niveles; es más, la subida siguió hasta los 10.681 puntos.
Por tanto, mi conclusión es que por un lado el movimiento de caída ya venía de meses atrás, es decir, continuó la tendencia, y que la recuperación fue fulminante, a pesar de que todos podíamos pensar en la quiebra de los mercados, tras las connotaciones internacionales que surgieron de aquél fatídico día.
Muy interesante el post Jose.
Aplicando un simil a la situación actual mejor Comprar con el pánico..cuando estamos en fase de extremo pesimismo.
Lo difícil es saber cuando el miedo se convierte en pánico y somos presos de la irracionalidad. NO obstante hay señales que nos ayudan a «poder predecirlo».
s2tes y enhorabuena por el post.
Efectivamente, en momentos así es muy tentador comprar.
No obstante debemos ser cautos y buscar alguna señal técnica que nos pueda marcar el suelo, aunque eso es bastante difícil. De todas formas no hace falta comprar abajo del todo para sacar un buen pellizco.
De hecho, a mi me gustaría que tras la bajada que estamos viviendo, el mercado se metiese en un lateral, para posteriormente buscar su ruptura hacia arriba y ver si las condiciones en ese momento son favorables.
Los cambios bruscos de tendencia bajista a alcista son muy muy difíciles de cazar, salvo que se dé una situación de suelo impulsivo o algo parecido.
Un saludo y muchas gracias por tu opinión.