Hay mucha gente, sobre todo en sus primeros contactos con la Bolsa, que viendo las variaciones que se producen a lo largo de un día en cualquiera de los valores de la Bolsa, les resultará fácil comprar a un determinado valor y venderlo posteriormente pasados unos minutos u horas, dentro del mismo día de la compra.
La realidad es que no es así por dos motivos principales:
Por un lado, por regla general, la mayor variación que se da en un valor es en la apertura, sobre todo en los valores del Ibex 35. Si os cogéis una gráfica en minutos de dos días consecutivos, podréis ver que gran parte de la variación que tiene el valor al final del día es por el gap que se produce en el momento de la apertura.
La segunda razón, y la más importante, es que no debemos olvidar las comisiones. Las comisiones por la compra/venta de acciones es bastante elevada: por un lado tenemos lo que nos cobra nuestro broker y por otro lado tenemos los cánones de Bolsa. Además, hay un gran número de inversores que por desconocimiento compran a través de los Bancos, y éstos no pertenecen al MEFF, por lo que pagarán otra comisión de intermediación, porque los bancos no pueden operar directamente en la Bolsa. Con estas comisiones, para que la operación intradía sea rentable, habría que invertir una gran suma de dinero para que compensara mínimamente, y aún así, la cosa estaría bastante justa.
Por tanto, para quien quiere ganar dinero en el mercado intradía, hay otro tipo de productos que se adaptan mucho mejor a este tipo de operativa, y son los derivados, como por ejemplo el mercado de futuros, donde las comisiones por operación son infinitamente menores que con acciones.
Seguiremos en el próximo capítulo con más errores típicos …
