Si tenemos espíritu crítico, seremos capaces de reconocer que en los momentos más difíciles tendemos a invertir en aquellos valores de más alto volumen de negociación y conocidos, tales como Telefónica, BBVA, Santander, Iberdrola, etc.
Como muchos sabemos, una gran mayoría de inversores no tienen conocimientos de la Bolsa, por lo que tienden, casi siempre, a tener en su cartera valores de este tipo como única opción, y en muchas ocasiones por períodos de tiempo muy largos.
Esto puede llegar a ser peligroso, aunque no es muy normal, pero torres más altas han caído, y si no echarle un ojo al siguiente ejemplo:
¿Quién no ha oído hablar de Enron?
- Enron fue una empresa energética con sede en Houston que tenía alrededor de 21.000 empleados en los meses anteriores a su quiebra en 2001.
- Llegó a estar considerada como la séptima empresa más importante de Estados Unidos y se esperaba que siguiera siéndolo en su sector.
- Operaba de la mano de la prestigiosa empresa auditora Arthur Andersen.
- Era una de las compañías con mayor retorno al accionista de la Bolsa americana.
- Pertenecía al sector de la electricidad, uno de los sectores que se suponen más tranquilos del mercado.
Lejos de todo esto, la reputación de la empresa comenzó a decaer debido a los continuos rumores de pago de sobornos y tráfico de influencias para conseguir contratos millonarios en América Central, América del Sur, África, Filipinas e India.
Después de una serie de escándalos en sus irregularidades contables, Enron llegó al borde de la bancarrota en noviembre de 2001. Las acciones de la empresa cayeron inicialmente de 85 a 30 dólares en un espacio muy corto de tiempo.
Finalmente terminó como la bancarrota más grande de la historia no sólo de Estados Unidos sino del mundo.
Si hablamos de cifras, los inversores que tenían en su cartera acciones de Enron, acabaron perdiendo 32 billones de dólares. Llama la atención que en Estados Unidos el 70% de los hogares invierten en la Bolsa de una u otra forma.
¿Queréis ver en cuánto tiempo se desplomaron sus acciones? Aquí tenéis una gráfica de la evolución del precio en aquellos tiempos:
Así que ojo, porque nunca se sabe. Por eso a mí me parece tan interesante el análisis técnico, porque aunque ante un descalabro tan monumental como éste vamos a perder dinero seguro, siempre tendremos alertas en nuestros análisis que nos hagan salirnos cuanto antes, y no es lo mismo perder un 20% que perderlo todo.
Casos como estos, gracias a Dios, no son muy habituales, pero el objetivo del artículo es simplemente que meditemos un poco sobre el tema y nunca dar nada por seguro, y menos en este mundo tan loco como es el de la Bolsa.
Seguiremos en el próximo capítulo con más errores típicos …
