Si eres de los que no inviertes por tí mismo, sino que recurres a algún gestor o asesor de carteras, debes hacerle un marcaje férreo, y la razón la entenderás en cuanto comprendas cómo suele trabajar un gestor de carteras.
Supongamos que un determinado asesor o entidad bancaria decide que es interesante comprar acciones de Banco Santander, va a invertir no sólo tu dinero, sino el dinero de todas las carteras de sus clientes. Esto quiere decir que suele trabajar con mucho dinero, y ¿qué suele ocurrir cuando alguien quiere comprar una gran cantidad de acciones?
Lo que suele ocurrir es que no consigue comprar todas las acciones al mismo precio, sino que se le irán ejecutando las órdenes de compra a diferentes precios, no muy distintos, pero diferentes en todo caso.
En el momento de la venta ocurre lo mismo. Pero, ¿cómo decide el asesor o entidad de quiénes son las acciones compradas y vendidas a los mejores precios? Seguro que para tí no. Normalmente suelen ser asignadas a grandes inversores, como por ejemplo grandes constructoras con las que trabaja el banco (en el caso de tratarse de una entidad bancaria la que ha hecho la operación), e incluso para el propio banco, para grandes fortunas, es decir, para las carteras más grandes, pero nunca serás tú.
Estas pequeñas diferencias al final del año no son tan pequeñas, por lo que todo inversor debe exigir a su asesor detalle de todas las operaciones y cómo se hace la gestión, para que no hagan lo que les da la gana.
No obstante nosotros recomendamos que las operaciones las haga uno mismo, porque yo personalmente no confío en ninguna entidad de este tipo. Prefiero hacerlo yo personalmente desde mi casa, con mi broker online.
Con los fondos de inversión ocurre exactamente lo mismo, e incluso, en muchas ocasiones, los inversores no saben cómo van a distribuir su cartera, simplemente le dicen el porcentaje en renta fija y el porcentaje en renta variable, pero poco más, a no ser que te informes.