Erróneamente, muchos inversores o traders se limitan a pulsar el botón de comprar o vender desde el ordenador de su casa u oficina, y no ven más allá, y ello es así porque lo que tienen delante de ellos es precisamente un ordenador, un ente inanimado que no les transmite ninguna sensación. Si cogiésemos a estos mismos inversores o traders y los pusiésemos a jugarse su dinero en una partida de póker, la cosa cambiaría radicalmente, pues delante ven a sus contrincantes, y los ven sintiendo la amenaza de que se quieren quedar con su dinero; son enemigos.
En esta situación, sólo querremos machacarlos, destrozarlos, dejarles sin un euro, y ello porque si no lo conseguimos alguno de los rivales lo hará y nosotros seremos las víctimas.
Aunque parezca una exageración, la situación vivida por un trader a la hora de operar es la misma que la del jugador de póker. Es más, la situación es bastante más complicada porque el número de personas que van a querer quedarse con nuestro dinero en el momento en el que lanzamos una orden al mercado es extraordinariamente enorme.
Merece la pena tener en cuenta este aspecto a la hora de invertir en los mercados financieros, porque ello hará que nos preparemos a conciencia, y que no nos lancemos antes de tiempo, sintiendo el temor de que nos despellejarán vivos si no estamos suficientemente entrenados.
No olvidemos que cada vez que usted compra, al “otro lado” hay alguien que le vende, y cada vez que usted vende hay también alguien en el “otro lado” que le compra. Sólo así se puede llevar a cabo una transacción, transacción que como bien sabemos viene dada por la ley de la oferta y la demanda.
Lo importante es ¿quién es el más inteligente, usted o la persona situada al otro lado de la transacción? Obviamente deberá ser usted el más inteligente si lo que quiere es salir victorioso de dicha transacción.
Por tanto, podríamos decir que los inversores de éxito tienen la capacidad de encontrar dos grupos de personas mal informadas: los que están dispuestos a venderle a un precio barato y los que están dispuestos a comprarle a un precio elevado.
Dicho de otro modo, aunque pueda parecer demasiado cruel, invertir con éxito es el arte de encontrar un idiota. Está claro que tendrá que tomar las decisiones adecuadas para formarse y prepararse adecuadamente para que no sea usted el idiota.
Hemos hablado en otras ocasiones de las manos fuertes, y nos ha quedado claro que la mayoría de los inversores no somos manos fuertes, pero sí es fundamental saber qué dirección toman en cada momento, es decir, si son alcistas o bajistas, porque sólo estando de su lado estaremos en condiciones de operar contra el grupo de los menos informados y menos preparados.
Por ser esta lucha constante y encarnizada la base de la operativa en los mercados, se ha descrito a los mercados con nombres de animales, como osos para mercados bajistas (bearish) y toros para mercados alcistas (bullish) (véase el artículo «Toros contra osos«), e incluso se ha utilizado para dar nombre a algún libro, como el Sr. Cárpatos en su famoso libro “Leones contra gacelas”, donde los leones representan a las manos fuertes, la gente verdaderamente preparada, y las gacelas representa a las víctimas de la cacería, los que sucumben en el mercado, y donde entran todas aquellos inversores mal informados, poco formados y entrenados, etc.
Así que, aunque sólo sea por una razón de automotivación, como inversores o traders no debemos olvidar nunca que al otro lado del monitor tenemos siempre a un enemigo, y que por todos los medios tenemos que conseguir derrotarlo y “robarle” su dinero; cuestión de supervivencia.